En esta ocasión ya no nos vamos a detener a hablar sobre el producto en sí o sus características, sino sobre las personas que están involucradas en todo el proceso de producción del chocolate, especialmente de las personas que quedan convenientemente fuera del paraguas que separa hasta donde la gran empresa actúa directamente y desde donde prefiere que se manejen a través de terceros.
A pesar del crecimiento que tuvo en los últimos años la industria del chocolate artesanal, el precio sigue siendo un factor que produce un cambio en la expresión facial de todo aquel posible nuevo consumidor. Un halo de desconfianza se posa sobre el consumidor que no sabe a ciencia cierta si pagar diez o quince veces más por un producto le aportará algún valor a su experiencia o si es tan solo una cuestión de status y extremo postureo.
A propósito del etiquetado de productos, analizamos si los productos retail que consumimos son lo que dicen ser.
Comprar un chocolate debe ser una tarea sencilla que no requiera de tener un experto a tu lado, ni mucho menos de tener que buscar en internet toda la terminología que utiliza la industria.